Reconectar el mundo de las finanzas con la protección del medioambiente. Ese es el reto que se plantea la banca y el sector financiero en general para los siguientes años y décadas que vienen. Además los Gobiernos y entidades reguladoras empiezan a lanzar al sector avisos en forma de mensajes de alerta para que trabajen este apartado.
Medio ambiente: el gran reto para todos
El desafío que significa la protección del medio ambiente y el cambio climático afecta a todos los estratos sociales y sectores empresariales por igual, y el sector bancario y financiero no es una excepción. Ya el acuerdo de París de 2015 planteó la necesidad de alinear los flujos financieros mundiales con la transición energética. ¿Qué significa eso? Pues que la banca y sectores financieros y de inversión hagan esfuerzos en movilizar capital e inversiones en sectores/proyectos/inversiones que apuesten por la transición energética hacia energías renovables y el cuidado del medio ambiente. Es decir: que el rendimiento económico no sea el único factor a la hora de apostar por un proyecto o producto financiero, sino que la cuantificación del impacto medioambiental de ese proyecto o producto financiero se tenga en cuenta a la hora de realizar operaciones.
El BE y el ministerio de Economía también se unen a la campaña
El Banco de España ya ha avisado en varias ocasiones del impacto que tendrá (y ya tiene) el cambio en la valoración de los activos por el hecho de que los clientes y consumidores también valoren el impacto medioambiental de los mismos. La semana pasada la actual ministra de economía Teresa Ribera hizo hincapié en este aspecto en una jornada sobre finanzas sostenibles celebrada en la sede del Banco de España en Madrid. El evento se llamó “Las finanzas sostenibles como motor de la transición ecológica”, así que queda bastante claro que se trata de un tema de actualidad.
Visiones diferentes, mismo objetivo
Los actores en este campo tienen visiones distintas sobre cómo afrontar este nuevo desafío. Para los reguladores son las entidades quienes deben desarrollar modelos de identificación de riesgos que contemplen el impacto medio ambiental de las operaciones, ya que favorecerían la financiación de actividades que no fuesen perjudiciales para el planeta; los bancos opinan en conjunto que “en el sistema financiero tiene que haber más transparencia en esta materia y producirse mayor divulgación por parte de los inversores”; y los expertos apuntan a que debe ser una simbiosis entre las dos partes, actuando bancos y gobiernos conjuntamente, y que sean las dos partes que trabajen para evaluar el medio ambiente en las operaciones financieras.
Noticia Original en La Vanguardia
