La semana pasada comenzamos nuestro singular recorrido por algunos de los coches de cine más míticos que han pisado la pequeña y la gran pantalla. ¿Quién no se acuerda del famoso Ford Crown Victoria, que se convirtió en uno de los coches más utilizados en el cine americano, del escarabajo de Volkswagen que daba vida a Herbie o del singular DeLorean de Regreso al Futuro?
Esta semana queremos continuar este recorrido repasando otros míticos coches de las películas y las series más cañeras de todos los tiempos. ¿Os acordáis de Kit? ¿Y qué os parecen los cochazos y el tuning de Fast & Furious? Echemos un vistazo a estos casos para recordar porqué amamos tanto los coches.
Coches de cine 4. El Pontiac Firebird TransAm
Todos los que fuimos niños durante la década de los 90 recordamos con cariño esta frase “Kitt, te necesito”. Y aunque las nuevas generaciones han podido disfrutar del peinado imposible de David Hasselhoff y su singular vestimenta, son más los que han conocido la adaptación a los nuevos tiempos de esta mítica serie de los 80.
El Pontiac Firebird TransAm negro que surcaba las carreteras de medio mundo a manos de Michael Knight se convirtió en el coche de los sueños de muchos jóvenes y no tan jóvenes. ¿Quién no habría querido pilotar semejante máquina capaz de razonar y conducir por sí misma?
La fiebre por este vehículo fue tal, que durante la subasta que celebró el pasado 2015 por la famosa casa de subastas Julien’s Auctions, Kitt llegó a alcanzar la nada inestimable cifra de 300.000 $.
Este espectacular deportivo forma parte de la casa Pontiac. Y precisamente este modelo del famoso Pontiac Firebird, fue el causante de que la marca, perteneciente a General Motors, siguiera siendo una de las más punteras, en cuanto a deportivos se refiere, entre los años 1967 y 2002. El Firebird, que salió a la venta a 6 meses después que el Chevrolet Camaro, llegó a tener hasta 4 generaciones diferentes. Precisamente Kitt, el Pontiac Firebird, forma parte de la tercera generación (1982 – 1992)
Coches de cine 5. Los grandes de Fast & Furious
Sin duda cualquier enamorado de los coches ha de serlo también de una de las sagas cinematográficas más macarras y longevas de todos los tiempos: Fast & Furious. Con 7 películas en el cine y a la espera de estrenar la octava el año que viene, sin duda esta franquicia es una de las más importantes que se han hecho con coches como protagonistas. Cada una de las entregas de la saga va directamente unida a la presentación de increíbles cochazos que solo con verlos disparan nuestra adrenalina adrenalina. Hagamos un repaso a los que aparecían en la primera de la saga.
La primera de la saga
En 2001, momento en el que se presentó la primera parte de la saga, pudimos disfrutar como enanos en el cine del Mitsubishi Eclipse, del Toyota Supra Targa o del Mazda RX-7
- Mitsubishi Eclipse. También conocido como Eagle Talon o Plymouth Laser, este singular coche ya acumula a sus espaldas nada más y nada menos que 4 generaciones, a cual más increíble. Mientras que las dos primeras guardan cierta relación entre sí, la tercera y la cuarta están hechas con componentes completamente diferentes. La última generación de este espectacular vehículo se puso a la venta en junio de 2005.
- Toyota Supra Targa. El Toyota Supra se produjo por parte de la marca Toyota entre los años 1979 y hasta 2002. Aunque en sus comienzos derivaba del Celica, aunque quizá un poco más largo, comenzó a considerarse un modelo único y con sus propias características a partir de la tercera generación, allá por 1986.
- Mazda RX-7. Deportivo producido por Mazda entre los años 1978 y 2002, llegó a ser un digno rival de otros deportivos de aquel entonces, como el Toyota Supra o el Honda NSX. Su diseño está inspirado en el Lotus Elan.
