Los préstamos son uno de los métodos de financiación más utilizados tanto por particulares como empresas. Por medio de este sistema el prestamista ofrece una cantidad al prestatario asociada a unos intereses. Estos intereses serán mayores o menores en función del riesgo de la operación.
La cantidad de préstamos que existe es muy variada. Por este motivo los expertos de Crediting han querido redactar este artículo para que nuestros lectores conozcan los diferentes tipos de préstamos. ¿Te gustaría saber más al respecto? En ese caso, sigue leyendo este post. Comencemos.
Tipos de préstamos
Antes de empezar a definir los tipos de préstamos nos gustaría hacer una pequeña llamado de atención. Ya que no hay que confundir un préstamo con un crédito, donde el cliente obtiene una línea de financiación a la cual puede acceder durante un tiempo determinado. En ese caso los intereses estarán asociados al importe que llegue a gastar.
En cuanto a los préstamos, vamos a darte una clasificación que puede serte de utilidad en función de dos factores muy determinantes: el plazo de duración y la finalidad del préstamo.
Tipos de préstamos según el plazo
Una de las clasificaciones más frecuentes de los tipos de préstamos responde a su duración en el tiempo. De esta manera podemos dividir estos productos financieros en tres grandes grupos:
- Préstamos a largo plazo. Se incluyen todos aquellos cuya duración supera los tres años.
- Préstamos a medio plazo. Aquellos préstamos que oscilan entre el año y los tres años.
- Y préstamos a corto plazo. Los que no superan el año de amortización.
Y por último tipos de préstamos según la finalidad
En cuanto a la finalidad estos productos ofrecen una especialización muy interesante. De esta manera en función de para qué los necesitemos nos resultará más adeudado acudir a un tipo de préstamo o a otro.
Los tipos más demandados son los siguientes:
Los préstamos para empresas
Estos préstamos están especialmente pensados para aquellas empresas que buscan financiación. Esto es bastante frecuente en diferentes momentos de un negocio. Ya sea en su nacimiento, para conseguir aumentar la producción, para invertir en activos fijos o para comenzar la expansión al extranjero.
Hasta hace unos años los préstamos para empresas solo se podían conseguir a través de los bancos. Hoy en día, sin embargo, existen multitud de alternativas. Desde las empresas de capital privado hasta las plataformas de crowdfunding.
En general podemos dividir los préstamos para empresas en dos grandes grupos:
- Los préstamos a corto plazo. Ideales para aquellas empresas que pueden tener ciertos problemas de liquidez en un momento dado. O para las que necesiten adelantar un capital que amortizarán en poco tiempo.
- Y los préstamos a medio y largo plazo. Más adecuados para empresas nuevas que necesitan capital a la larga para empezar a crecer y desarrollarse.
Préstamos al consumo
Son aquellos que nacen de manera exclusiva para adquirir bienes de consumo. Como por ejemplo un coche o electrodomésticos. A cambio de estos préstamos no se obtiene dinero, sino el producto que estamos interesados en adquirir.
Los préstamos al consumo suelen tener un plazo devolución no excesivamente largo y en ocasiones incluyen periodos de carencia. Las propias marcas comerciales son las que los ofertan para vender sus productos.
Los préstamos personales
Son aquellos préstamos ofrecidos tanto por las entidades de crédito traiciónales, los bancos y cajas, como por las empresas de capital privado y prestamistas particulares. Estos préstamos sirven para hacer frente a algún imprevisto económico que debemos de solucionar con celeridad. Por ejemplo una reparación en el hogar, un viaje inesperado o incluso una boda.
Suelen tener plazos de amortización medios y es conveniente no abusar de su uso, pues los intereses son algo elevados.
Préstamos hipotecarios
Sin duda el préstamo por excelencia que todo el mundo conoce. Estos préstamos están especialmente pensados para adquirir una vivienda o local comercial. Son préstamos a largo plazo que incluyen intereses muy bajos.
Se trata de importes muy elevados, por lo que las condiciones económicas que ha de cumplir el cliente son muy exigentes. Lo bancos y las cajas son los encargados de ofertarlos. Se pueden encontrar hipotecas de tipo fijo, variable o mixto en función de los intereses.
